Sin duda alguna, ésta es una de mis escenas favoritas de la película (el título del blog viene en parte de ahí, pero solo un poquito). Llegados a este momento, me imagino a mil chicas, pañuelo en mano, lagrimosas y deseosas de que llegue un tórrido final. Pero yo me quedo con lo que Frances dice y, además, me imagino un mundo sin miedo.
El miedo nos frena a la hora de hacer y deshacer, pero esto nos pasa porque le tenemos miedo al miedo. Y esto no puede ser. Ten miedo a equivocarte, a caerte, a hacer el ridículo, a parecer idiota, ¡pero no al miedo en sí! Porque si te equivocas, te caes, haces el ridículo y quedas como un idiota delante de tus amigos, significa que te has arriesgado. Es parte del juego de la vida: unas veces se gana y otras se pierde, pero nunca debes dejar de formar parte de la partida. Como las fichas del parchís: a veces llegan a su meta, otras veces comen o son comidas por otras, se quedan en casa o salen, pero nunca abandonan el tablero.
La inseguridad alimenta nuestros miedos y los miedos a nuestras inseguridades, así que si alguien se apunta a salir de este bucle sin fin, que deje de tener miedo al miedo, aunque suene a tópico, que se una al movimiento carpe diem. ¡Arriésgate!
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada