Aprendí un poco de la historia de éstas cámaras, la gran diversidad de modelos que existe, cómo apreciar sus cualidades, cómo usarlas (y que las instantáneas te salgan como tú quieres) y cómo transferir las imágenes resultantes a otros soportes, como papel de libro, cartón y todo lo que se pueda imaginar.
Al final del día, también asistimos al Art Supermaket que tuvo lugar en el mismo MOB, un espacio multicultural dedicado, entre otras actividades, a la fotografía instantánea y donde pudimos exponer los trabajos que hicimos. Era muy interesante porque en los diferentes expositores te encontrabas con todo tipo de modelos de Polaroid y Fujifilm, cargas y una cosa que me llamó mucha la atención: una cesta con un sinfín de fotos polaroid de gente de alrededor del mundo, que se podían comprar por un precio significativo.
Al largo de la jornada utilicé tres cámaras: una polaroid Close-Up 636, que compré por diez euros en un mercadillo de Ibiza; una SX-70 que me dejaron en el centro (plegable, ocupa muy poco espacio) y una Fujifilm Instax 100, que encontré en el desván de mis abuelos.
El Art Supermarket daba soporte a una iniciativa muy bonita: The Polaroid Project, un proyecto que viaja hasta África para sacar fotos a los niños y niñas y darles las instantáneas para que se las queden. Si queréis saber un poco más de qué va y cómo acercan la fotografía a estos niños, aquí os dejo el vídeo promocional.
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